30 mar 2009

Comenzar bien o como se pueda, sin decir chorradas


Hace tiempo que no escribo. Hoy tengo necesidad de decir algo. Ahí va

Mal comienza el candidato y seguro nuevo dirigente del socialismo gallego, el ourensano Manuel Vázquez, Pachi para los amigos. Lo eligió el todopoderoso (¡qué cosas!) dedo de Pepe Blanco en cuanto llegó a Madrid, después de salir corriendo de Santiago la triste noche electoral. Vázquez será el hombre dócil, el ejecutor de la política de Ferraz para Galicia. Su medio ambiente de hoy se trastoca en medio jefe, medio líder, medio y cuarto de mandamás del PsdeG. Caído Touriño en la batalla electoral, llegó la hora de Pepe, que se alza con el santo y la limosna, erigiéndose en el gran cacique del socialismo gallego, aunque, eso sí, manejando los hilos de la cosa, con sus intrigas y maquinaciones, desde la capital del reino, teniendo a Vázquez como médium ventrílocuo. Como médico, Vázquez ha dado sus primeros pasos en su nueva jefatura poniéndole a la militancia una cataplasma, cual es eso de que va a proponer una renovación del partido "de abaixo a inriba", una mentira que sigue el tono y las maneras de su mentor, pues no se entiende tal pensamiento en quien ha sido catapultado digitalmente. Hará la renovación, si es necesario manejando el escalpelo quirúrgico, pero desde arriba y aplicando la máxima de que "el que se mueva no sale en la foto". Pero lo sorprendente en la retórica de Vázquez es esa afirmación de doble contenido al atribuir a Feijóo un "modelo opusiano" de gobernar, lo que le despierta "escalofríos". En cuanto a lo primero, no sé yo pero me parece que como oftalmólogo político es una calamidad, y en cuanto a los escalofríos, es de suponer que sepa ponerles el remedio adecuado: una aspirina y siete días en la cama con una manta eléctrica a los pies. O sea, que Vázquez se estrena en su nueva función con la cabeza calenturienta y los pies fríos; indudablemente, necesita con urgencia de un colega que le cure la ansiedad, el embrollo mental y esa cosa tan difícil de definir que es la "chorraditis", esa sistemática tendencia de los que nada tiene que decir, a decir una chorrada tras otra. ¡Vaya comienzo!