30 may 2011

Elecciones en Mislata (y III): Gana el PSOE y los irreductibles galos

Esta es, por ahora, la última entrada sobre las elecciones en Mislata. Sé que falta alguna. Falta esencialmente la “lectura” de los resultados de las autonómicas en el ámbito local. Algo  he dicho aquí y aquí. Ir más allá resulta deprimente y, además, Ana Noguera me ha interpretado perfectamente en  este artículo de EL País.
La campaña electoral  se centró en las elecciones municipales;  porque la campaña para las autonómicas no existió (afortunadamente,  añado, visto lo inútil que hubiera resultado el esfuerzo). Tengo que congratularme, una vez más y con todos los afiliados y simpatizantes socialistas, de  su eficacia y hasta de su originalidad.
 Antes que nada ha de reconocerse que  el éxito electoral de ahora se basó en una previa  labor de  oposición cabal y nada estridente.  El grupo socialista municipal supo liderar la rebelión ciudadana frente al gobierno caótico de Corredera y sus adláteres, dejando el protagonismo a los ciudadanos, ocupando el lugar principal pero discreto que éstos le reservaron y, de modo bien distinto al torpe intento del PP, manteniendo una posición siempre reconocible.
La campaña electoral ha de enjuiciarse, a mi juicio, desde cuatro elementos fundamentales: Candidato a la alcaldía, candidatura, programa electoral y metodología.
Carlos Fernández  Bielsa resultó ser el candidato necesario y solvente que precisaba El PSPV para acceder a la Alcaldía. Había accedido, con poca o ninguna contestación interna, a la Secretaría General de la Agrupación Local demasiado acostumbrada a hacer de cada decisión importante una sangría. La responsabilidad orgánica avaló su discurso institucional. El PP,  seguro de ganar unas elecciones que entonces  empezaba a perder, despreció en principio su figura como posible alternativa y, para cuando reparó en su error, desató una  campaña inicua basada descalificaciones pueriles y   en demandas judiciales absurdas  que comenzaron a cimentar, a ojos de la ciudadanía, que si el PSPV tenía algo que decir lo diría por boca de su joven Secretario General. Su pertenencia a la Comisión Ejecutiva Nacional del PSPV le proporcionaba un plus de credibilidad que no ha socavado el fracaso de Alarte.
La candidatura municipal socialista y -¡como debe ser!-  por voluntad de quien la encabeza, ha experimentado una intensa renovación. Se mantiene a pocos de los anteriores concejales, esencialmente   a los más jóvenes,  y se ha dado entrada  en lugares destacados  a “independientes”  pretendidamente representantes de entidades ciudadanas y de eso tan  sutil, y que gusta tanto en los partidos obligados a hacer experimentos,  que se llama  la sociedad civil. La candidatura, que es dudoso que haya aportado grandes apoyos electorales, tiene la virtud de no estar lastrada por las caras sempiternas del socialismo local salvo las estrictamente necesarias para solventar imponderables. A fuer de sinceros a muchos nos cabían serias dudas  acerca de su  virtualidad para llevar a cabo una oposición eficaz en caso de derrota. Pasadas las elecciones, debe demostrar ahora su eficacia en el gobierno.
El programa electoral es otro de los factores que poco habrá aportado al granero de votos y a la victoria. Desde el principio la dirección local fue consciente de que había de elaborarse a tendiendo a una serie de principios como eran  austeridad, rigor presupuestario, y la firme voluntad de no subir impuestos e incluso con la aspiración de rebajarlos de forma sustancial. No  podía hacerse  “una carta a los reyes magos”. A pesar de todo y quizá por ello  se elaboró tarde y de forma algo precipitada, con escasa participación de las bases del partido, pero  dando cabida a las reivindicaciones ciudadanas que estuvieron en la base de la oposición llevada a cabo en el último mandato municipal de Corredera. Además, contiene propuestas que fueron formuladas contemplando la mejor de las hipótesis acerca la hacienda municipal y sólo podrán ser acometidas en caso total sintonía con el gobierno del Estado. El cumplimiento de todas las  requieren de un conocimiento exacto de la realidad económica y financiera que deja el PP. De ahí que sea precisa un auditoría. Y no como una  amenaza para nadie sino como una necesidad insoslayable.
La campaña electoral constituyó un indudable éxito en la forma y en el fondo. Por una vez el PSPV local ha hecho una campaña serena y centrada en  objetivos claros, con un plan previamente diseñado y con tintes de originalidad al servicio de la eficacia. Comenzó por dar a conocer a su candidato a la alcaldía que, por más que fuera ya concejal, la ciudadanía no acababa de poner cara. Este conocimiento tuvo dos hitos: la presencia en la calle y particularmente en el Metro  de la cara del nuevo candidato  resultó especialmente útil para atraer la atención de la ciudadanía. Y, por otra parte,  la multiplicación de esa  imagen y su discurso en las redes sociales que alcanzaba con facilidad a los electores  jóvenes que, más allá de sus posiciones ideológicas,  se identificaron inmediatamente con su figura.  Las encuestas pronto empezaron a detectar un punto de inflexión esperanzador.
El partido se volcó en su apoyo de tal manera que su presentación como candidato  a cargo del Presidente del Congreso, José Bono llenó  el local y  la calle de forma tan rotunda que colmó de esperanza a la parroquia socialista y puso un puntito de temor en los populares quienes, desde ese día sólo cometieron error tras error hasta culminar un infecto panfleto “anónimo” en el que, de forma increíble, daban las elecciones por perdidas.
Las formas de transmitir el programa y, sobre todo, la esperanza, fueron  extraordinariamente originales y quizá, por eso,  resultó decisivamente eficaz. Básicamente consistía en llegar a un lugar,  previamente anunciado,  con  un altavoz, subir sobre una silla al candidato y dar un mitin,  sin descalificaciones del adversario. Directo, valiente y efectivo a partes iguales.
Unas reflexiones finales o quizá… unas convicciones personales sin muchas pruebas empíricas -¡algunas hay!- que han influido en todo esto.
El éxito del PSPV en Mislata no hubiera sido posible sin un gobierno anterior caótico de Corredera. Lo demuestra cualquier análisis, por grosero que sea,  de los resultados electorales.
No hubiera sido posible tampoco con un candidato discutible y/o con una campaña que provocara la pasividad  por desesperanza de quienes querían deshacerse de Corredera y de su grasienta política municipal.
Hubiera sido más fácil sin el llamado efecto ZP, es decir, la crisis económica y la hostilidad  que despertaron las políticas consiguientes de Zapatero.  De hecho esta hostilidad se ha llevado por delante a excelentes alcaldes como Hereu en Barcelona, o por citar ejemplos más próximos, como Amparo Navarro y Emilio Muñoz en Aldaia y Alfafar, y ha obligado a “echar el resto” para mantener la alcaldía a un tipo tan imprescindible  para entender la Picanya actual como Pepe Almenar. El efecto ZP es menor si se afronta desde la oposición que si se hace desde el gobierno. 
Todo ello, a mi juicio, explica el éxito de la candidatura socialista. Ahora empieza lo difícil: gobernar cercado por los “romanos”. Pero que sepan, ese césar trajeado por cuenta ajena y sus legiones, que nosotros en Mislata hemos asumido encantados  el papel  de “irreductibles galos”.

27 may 2011

Elecciones en Mislata (II): Pierde el PP

El análisis “fino” del resultado de las elecciones municipales exige admitir implícita e inevitablemente un alto riesgo de equivocación.
No cabe duda que el PSOE local se presentó ante los electores con fortalezas y debilidades. Después trataré de examinar, desde mi perspectiva  unas y otras. Pero  el vuelco electoral e las en Mislata se explica más fácilmente y con mayor convicción desde los errores del PP local.
¿Por qué perdió el PP en Mislata?
Los “10 años contigo”  fue el lema con el que los conservadores lanzaron la precampaña en Mislata. A juicio de los electores han sido demasiados años. Particularmente en los cuatro años últimos encadenaron errores políticos, insensibilidad social y una buena dosis zafiedad.  Los errores más conspicuos tienen que ver con las obras públicas.

El caso de los aparcamientos
La construcción de “cuatro aparcamientos” a cargo de una empresa amiga  y todas las vicisitudes por las que transcurrió el caso tuvieron   consecuencias diversas y acumulables que, finalmente,  dieron un resultado tal  que no se explica solamente por la suma de los errores parciales. Quien tenga ganas y tiempo puede seguir el kafkiano proceso en el que se adjudicó la construcción y explotación de cuatro aparcamientos,  a riesgo y ventura del adjudicatario. De ellos sólo  se materializan tres Y el Ayuntamiento de forma increíble, ante lo ruinoso del negocio, acepta indemnizar a la empresa como si hubiera construido los cuatro.  Pero la construcción, por otro procedimiento,  del fallido cuarto aparcamiento, se demoró tres años en forma de un “socavón” en el centro de la ciudad que condicionó vidas y haciendas de ciudadanos y comerciantes. La irritación vecinal se cocinó en el jugo de la inactividad culposa del gobierno municipal.
La gestión de los fondos del Plan Zapatero y, en particular, el inactivo Centro de Día que  no ha sabido poner en marcha por falta de los recursos municipales dedicados a fines menos perentorios, son mudos testigos de una administración lamentable.
Una gestión ruinosa de la arruinada hacienda municipal
La política de inversiones, la escasa eficiencia de los gastos corrientes, y los gastos financieros han llevado a la  Hacienda Municipal a una  delicada situación que obliga a elaborar presupuestos cada vez más Ilusorios y, por consiguiente, a un incremento desbocado de los impuestos. Particularmente el incremento del IBI  de año 2008 y la torpe gestión de la rebelión ciudadana consiguiente sembraron de dudas la capacidad de Corredera  y su equipo para dirigir una ciudad de más de 40.000 personas.


El caso de la Sanidad y el Hospital Militar
La opción ideológica del PP sobre la sanidad tuvo consecuencias nefastas para el gobierno municipal y la candidatura del PP. La frustrada reclamación del Hospital Militar como el “hospital de Mislata” primero y la agregación de la ciudad al Hospital de Manises  se tradujo en un enojo de la ciudadanía que crecía a medida que la sanidad pública sui generis impulsada por el PP acumulaba insuficiencias y mala fama.  El PP local y el equipo de Corredera intentó capear el temporal uniéndose primero  a las manifestaciones ciudadanas  y, ante la reclamación creciente  para  sacar a Mislata de Manises  en una decisión desconcertante cambió  de rumbo reivindicando la sanidad privada.  Ante la ciudadanía, el gobierno municipal se retrató como  pusilánime y cobardón. Cada manifestación se convirtió en una enmienda a la totalidad de las políticas del PP. El apoyo del PSOE local a la movilización y el acierto que supuso el dejar el protagonismo a los ciudadanos le granjeó el apoyo del sector vecinal más activo  y concienciado.

Los casos zafios y grasientos
A lo largo del mandato último Corredera y su equipo perpetraron decisiones impopulares aireadas  por la oposición municipal y a las que no lograba poner sordina a propaganda oficial.  Los incrementos de los gastos propios de los órganos de gobierno   -en los que es imposible tratar de disimular el interés directo y personal-,  las políticas clientelares, las actitudes chulescas y violentas  de algún concejal,  los casos de nepotismo  y cuñadismo  y esas cosas que uno no sabe cómo calificar sin que suene a insulto, acabaron por consagrar, a los ojos de los ciudadanos, a Corredera  y su equipo como el culo perfecto para recibir una simbólica patada. 

26 may 2011

Elecciones en Mislata (I): Hechos y conclusiones a brocha gorda

Las elecciones locales reservan sorpresas. La que yo me llevé en mi ciudad fue sencillamente mayúscula. En Mislata, la candidatura socialista consiguió una clara mayoría que le permitiría gobernar el Ayuntamiento sin ser rehenes de nadie.  Debo confesar  que me lo habían anunciado meses antes.  Sin embargo nunca lograron convencerme, aunque mi propio pesimismo actuaba paradójicamente como un argumento a favor, dado mi proverbial facilidad para equivocarme. Pero estas cosas no tienen importancia ahora. 
Tengo intención de escribir varias entradas sobre esta victoria que, además de sorprenderme a mi , ha sorprendido a otra mucha gente, vista la cantidad de llamadas que me interrogaban  con un  Pero... ¿que ha pasado? Dejaré lo que yo opino aquí. Sin embargo no se fien, como ya he dicho tengo un imbatible record de equivocaciones. En todo caso esperemos el análisis de quienes tiene la obligación de hacerlo.

Rápida constatación de hechos y conclusiones  a brocha gorda:

1er Hecho: La candidatura socialista ganó las elecciones locales y perdió las autonómicas.
 Conclusión: Es indudable que los electores discriminaron perfectamente.

2º Hecho: La candidatura municipal socialista sumó sus propios votos  (prácticamente los mismos o, incluso,  algunos menos que en 2007) más los que  recibió por trasvase  de todo el espectro ideológico.
 Conclusión: No cabe duda que los electores le tenían ganas al PP y querían asegurar su derrota. Otra conclusión:Ser un mal alcalde  no se perdona, salvo que no haya otra alternativa que tragar. Y aquí la había
Otra más: Eran insoportables los  "10 años contigo" del PP

3er Hecho: El trasvase de votos que recibe la candidatura municipal socialista es la siguiente:
                               1120 procedente de votantes del PP
                               200 procedentes  de IU
                               350 procedentes de Compromís
                                El resto de opciones minoritarias

 1ª Conclusión: Todo el abanico ideológico castigó la candidatura municipal del PP en la medida de sus posibilidades
2ª Conclusión: El castigo  que recibe el PP de sus de sus votantes tradicionales es sencillamente brutal: el 12% de sus votantes eligieron la papeleta del PSOE.

4º.- Hecho: No todo son buenas noticias para los socialistas. El PSOE ha visto mermado su electorado.  Lo demuestra el crecimiento extraordinario de la opción Compromís que consigue 1300 en las autonómicas; en sus mejores tiempos ese electorado no representaban sino unos 500 votos.  Por el contrario el electorado de IU  muestra su firmeza nuevamente y mantiene su  voto en el intervalo  6-7%.
Conclusión: El “efecto Zapatero” también se ha dejado sentir en Mislata.

Mañana (u otro día) más

25 may 2011

Los otros, los mismos

Los últimos días no he escrito nada. No he escrito una sola entrada. No por falta de motivo o  ganas de hacerlo. Pero mi ánimo ha estado entretenido y oscilando entre la inmensa alegría por la victoria socialista en mi ciudad y la desazón  que me produce el desastre electoral del PSOE.  Ciertamente no es fácil ponerse al tajo y elegir una atalaya para contemplar las ruinas. Por algo habrá que empezar: Hablemos del PSPV y de Alarte. Es algo deprimente, pero me veo obligado a decir algo cuanto antes lo diga mejor.
Jorge Alarte debería haber dimitido ya. Él y toda su Ejecutiva. Por decencia, por coherencia, por honestidad personal (y… la honestidad de un voto) y porque se han dado todas y cada una de  las (malas) condiciones que él mismo señaló para abandonar. Dice ahora que no lo hará, que se vaya ZP, que la debacle del PSPV está en la media del desastre de España. Para J.A. perder más de 150.000 votos de un granero ya más que magro es algo que está en la media. Pues muy bien, machote.
No hay que obcecarse,  Jorge Alarte no es la causa de los males de los socialistas valencianos. Alarte es la lamentable consecuencia última y más acabada de ese tinglado en el que se ha convertido el PSPV. Un tinglado  que, desde hace 20 años,  no ha hecho más que  renovar su dirección con  zombis, que cada vez son más y son cada vez más torpes. Y las críticas de  los críticos no se han hecho esperar.  Pero esos críticos son también los muertos vivientes; esos tipos que se reúnen con los de siempre para convocar actos donde sólo acuden ellos para poner a los otros zombis bajo sospecha de estar muertos. Esos que no han hablado hasta ahora porque debieron creerse la propia propaganda, lo  del voto oculto, por ejemplo,  que llevaría a Camps a la oposición. ¡Hay que ver quiénes  hablan!
Ahora caigo en la cuenta que esta entrada me coloca entre los críticos. Sólo debo decir en mi descargo que no es la primera vez que hablode estas cosas y que, desde hace muchos años no asisto a cenas  de zombis; por si estuviera a tiempo de evitar contagios.
Platos rotos, mucho ruido, pensamiento simple, invocación de nobles causas para servir otras algo más particulares, e implosiones descontroladas. Nada se mueve,  lo cubren todo una niebla espesa,   mientras señores con pústulas y cicatrices recientes,  se acarician el lomo y manipulan fichas de afiliación de gente que, legítimamente,  quiere utilizar este cauce de participación. No saben lo que les espera. Deberían entrar diciendo “no quiero ser algo sólo quiero ser alguien”. Alguien  a quien se le escuche lo que tiene que decir. Gente sin temor a exponerse a la luz   Pero esta gente infunde temor a los señores de las pústulas. Esta gente  ¡piensa! Y es peligrosa. La gente que razona y llega a conclusiones propias pone en riesgo los vestigios políticos de quienes presumen de grandes logros  que nadie vivo recuerda haber visto. Si además tratan combatir  ideas  antiguas  -¡y por tanto ciertas!- pasan a la condición de miserable y trepa.
Ciertamente Alarte no era buen candidato. Como no es, ni nunca ha sido un buen Secretario General Esencialmente porque no ha querido serlo. Se ha empleado a fondo en consolidarse a base de ideas muertas y alianzas extrañas. Y no lo ha conseguido sino que, como tantos anteriormente, se ha asegurado un lugar en les  Corts y es más que dudoso  que pueda liderar la oposición. Seguramente sólo aspira a gobernar el cementerio.
¿Cómo queda el mapa electoral valenciano y cuál es la tendencia que se adivina para los próximos años? Será motivo de otra entrada. O no… Quizá sea perder el tiempo

20 may 2011

Mojándome

Las protestas de los indignados del 15M están en los medios y en la agenda política. Han llevado la campaña electoral a un segundo plano.
Tienen  a las organizaciones políticas en estado de ansiedad:
Preocupado al PSOE que, como es habitual en los últimos tiempos, sigue mirando el dedo que señala las estrellas. Puede estar preocupado pero sería estúpido hacerse el sorprendido: la Nueva Vía de ZP, que tanto empeño ha puesto en ahogar el debate interno y convertir la organización en una caja de resonancia de sus particulares posiciones políticas, recoge ahora en la calle los resultados de su miopía en políticas económicas,  su torpeza en comunicación  y ese insensato picotear de flor en flor  política de alianzas 
Ocupada  IU en tratar de capitalizar la revuelta por si suena la flauta y le sacan de la marginalidad electoral. 
Encandilado al PP que, sea cual fuere el desenlace, saldrá reforzado de esta manifestación del descontento. La repercusión de las concentraciones en los medios extranjeros le ha permitido “sugerir” cierta semejanza con los acontecimientos recientes en el mundo árabe.
La decisión del la Junta Electoral exigiendo el desalojo de Puerta del Sol -¡otra vez, una decisión judicial al filo de la contraria!-  pone al Ministro del Interior en una especie de bucle infernal. Gajes del cargo.
Ciertamente, y visto retrospectivamente, ha resultado  bastante fácil convocar la protesta. Había poderosas razones, creciente y larvado descontento -¡por fin alguien hacía algo!-  y un enérgico medio de comunicación  como es la red  que, por cierto, ha empezado a recolocar los medios de comunicación tradicionales en papeles menos protagonistas.
La opinión que me merecen sus primeras propuestas ya la expresé aquí. No concretar o acumular propuestas distintas y distantes, buenos deseos y lugares comunes sirvió para asegurar el triunfo de la convocatoria. Operó con particular éxito la cantinela “no votar ni PP ni PSOE”, que hubo de ser rápidamente eliminada para no caer en flagrante ilegalidad al tratar de mantener la presencia en Sol el día de reflexión.

 Sin embargo el tiempo ha empezado a exigir respuestas más concretas  a los difusos convocantes. La confusión asegura el éxito pero no puede mantenerse en stand by  mucho tiempo. Quienes observan este hecho con esperanza, con preocupación o, como es mi caso, con ambas a la vez, tenemos que saber cómo avanzar para que todo esto no se ahogue en la impotencia.

Algunos han empezado a fijar objetivos. La reforma de la ley electoral es la que parece gozar de mayor consenso.  Es ésa una reivindicación de ciertas organizaciones políticas como IU y UPyD  que agrada más bien poco a los partidos nacionalistas.  Sin embargo no deja de ser genérico e impreciso. El cambio legislativo debe perseguir una finalidad más allá de favorecer las expectativas electorales de unos y perjudicar las de otros. Es legítimo que nos preguntemos cómo y para qué. 
 
Tenemos una ley electoral que consagra la circunscripción provincial, las lista cerradas y la fórmula  D’Hont  para la distribución de electos.  Hay otros sistemas  donde se altera la circunscripción, de listas abiertas, de listas desbloqueadas, de distritos uninominales, con correcciones en la distribución, STV,  etc. ¿Cuál elegir? ¿Cuál es el mejor? El mejor… ¿en relación a qué?
 Eso nos lleva a la segunda pregunta ¿para qué cambiar la ley electoral? De otra manera, ¿la ley electoral está  relacionada de alguna manera con el desarrollo económico, con los avances en materia social y con la calidad de la democracia? Todo parece indicar que no.
 Dicho en abstracto, la ley electoral está poco relacionada con la calidad de la democracia. Una ley parecida a la que de aquí  y leyes completamente diferentes  se aplican indistintamente en  países competentes y en países que son verdaderos desastres

La ley electoral sí puede dar respuesta a problemas concretos y coyunturales. En este país, la Constitución del 79 consagra el Estado de las Autonomías. Es todo un intento de combatir, al tiempo,  el centralismo histórico y las fuerzas centrífugas de los nacionalismos periféricos. Ya sé que quizá no sólo eso pero también eso.
Como dije en otro lugar, con esa ley electoral algunos de los partidos que hoy pretenden cambiarla, consiguieron en otros tiempos -siempre mejores para ellos- una amplia representación parlamentaria.  Sólo es una casualidad, y lo digo sin ninguna segunda intención,  que los concentrados en Sol pretendan lo mismo que esos partidos.
 ¿Qué lleva a la concentración de Sol a proponer ese cambio de la ley? Creo que les impulsa la necesidad de decir algo. Decir algo no debería ser decir cualquier cosa.
Se ha propuesto una ley donde cuente el voto en blanco. Así, a lo bestia. ¿Que cuente para qué? ¿Para que haya una representación de los votos en blanco? Esta propuesta resulta no sólo lamentable, es también risible y un poco penosa.

Se ha propuesto una circunscripción única en el estado. Vamos a ver cómo casa con el estado de las autonomías y, sobre todo vamos a ver el entusiasmo que despierta en los CiU, PNV, SORTU, BNG, etc. Además ya hay un proceso electoral donde la circunscripción es única: son las elecciones europeas. Se pueden obtener una doble conclusión: Los resultados los partidos minoritarios no mejoran esencialmente  y obliga a extrañas alianzas y coaliciones con base aritmética antes que ideológica o programática. O sea el invento es una tontería como la copa de un pino.

Por mi parte me voy a mojar. No les llegará mi propuesta pero por si llegan a este blog  les propongo una  ley electoral basada en los postulados siguientes:
  • Circunscripción provincial o cualquier otro ámbito que permita el conocimiento de los candidatos. 
  • La leyes  electorales autonómicas definen su circunscripción
  • Listas cerradas pero no bloqueadas
  • Distribución de escaños por la ley D’Hont
  •  Ampliación del número de diputados  para poder repartir en colegio único los “restos” de cada circunscripción.
¡Y que sea para bien!

16 may 2011

Hay razones pero no son éstas

Son ya varios los meses que vengo lamentando la escasa reacción de la gente ante el atropello de eso que se llaman los mercados  que están consiguiendo la cuadratura del círculo: Provocar una crisis, culpar a los gobiernos y descargarla sobre las espaldas de la gente. Ayer,  hubo  una manifestación. Democracia Real Ya se llama el grupo que la convocó. Debo  confesar  que mi primera reacción fue cierto escepticismo; el mismo que uno siente cuando le ponen delante un manifiesto y ejerce de “abajo-firmante”.
Esta mañana me he dicho a mí mismo que no puedo quejarme del pasotismo y, al tiempo, condenar las primeras iniciativas de rebelión que aparecen. He leído quiénes son y  sus propuestas . He vuelto a leerlo porque, en una primera lectura, creí que había entendido mal algunas de ellas. Pero… sí, decían lo que había entendido en principio
Los 8 apartados reúnen  unas pocas buenas ideas dentro de un abigarrado conglomerado de lugares comunes, propuestas descabelladas y, otras,  sencillamente,  abominables. No me saco de la cabeza que todo esto lo ha urdido la extrema derecha disfrazada de  guay people.
No es cuestión de glosarlas todas pero es inevitable referirse a algunas. La que me acucia y  me produce más náuseas es la que, al referirse a la privilegios de la clase política  (¡hace falta ser simple para hablar de “clase política”!), pretende acabar con la inmunidad asociada a la condición de cargo (parlamentario). Una de las más antiguas y valiosas garantías para que los parlamentarios puedan decir lo que quieran en representación de los ciudadanos es tachada como un insoportable privilegio. ¡El paraíso de  “Manos Limpias”!.

La equiparación del sueldo de los representantes electos al sueldo medio más dietas es una gansada y una estupidez seguramente copiada de ese spam  grasiento que circulan por la red.
Las propuestas contra el desempleo son un apretado resumen de pensamiento simple trufado de medidas ya aplicadas en otros lugares  con un éxito perfectamente descriptible. Si alguien pretende empeorar las cosas no tiene más que leer acríticamente las propuestas. Si se quiere jugar, hay que probar con el monopoly ¿Cuándo se entenderá que es peligroso vivir en la frontera que separa la realidad y el deseo?
El apartado que hace referencia a la fiscalidad necesita  que la Unión Europea esté por la labor. ¡Y me temo que no está! Siempre se puede  salir de la Unión. ¿Habrá alguien que secunde el abandono de la UE? Alguien razonable, digo

El punto 7 es de lo más divertido. Se propone la democracia participativa (¿hay otra?) aunque quizá se quiera hablar de una  democracia menos representativa y más directa y se plantean referéndums  para los temas de gran calado que provengan de la UE. Es encantador, todos los días votando: hoy sobre zumos, mañana sobre matriculación de vehículos, sobre barcos de crucero,…

En el mismo punto 7 aparece la modificación de la Ley Electoral para garantizar un sistema auténticamente representativo y proporcional que no discrimine a ninguna fuerza política ni voluntad social, donde el voto en blanco y el voto nulo también tengan su representación en el legislativo. Siempre he tenido ganas de decirle a los que se quejan de la ley electoral que con esta misma ley obtuvieron 23 diputados y se quedaron, después, con sólo cuatro. ¡Algo debieron hacer mal!

En fin. Me voy a dormir. Seguiré deseando que se monte un follón.  Hay razones para uno gordo, pero no son éstas

5 may 2011

Prometer no empobrece pero cumplir arruina

Yo no creo que Tierno dijera aquello de “los programas se hacen para incumplirlos”. Al menos, no lo dijo así: a secas. Por razones de edad conocí  al Viejo Profesor en su salsa y le atribuyo a la frase una buena carga de contenido descaro y tácita ironía. Más ajustado a la realidad  -y es posible que a eso se pudiera referir- que los programas se hacen con la esperanza de que nadie los lea.
Porque es seguro que la gente lee poco los programas electorales. El personal  vota animado por  filias y –sobre todo- por  fobias de origen complejo y, normalmente,  antiguo. Vota con las vísceras que es una forma l como otra de votar. Por eso es tan difícil mover el voto de un partido a otro. Por eso es imposible mover el voto viejo, el voto del que presume de haber votado siempre lo mismo.
Sin embargo las elecciones municipales son las menos proclives a la fidelidad electoral. Ciertamente, tampoco han de esperarse grandes trasvases, pero los pueblos  y las ciudades medianas y pequeñas tienen en estos comicios comportamientos  particulares. La gestión municipal forma parte de la vida más tangible e inmediata de la gente. Una propuesta, bien traída y a tiempo, puede decidir un apoyo de última hora.  Los partidos lo saben y lo aprovechan.
Y también aprovechan el desconocimiento que los ciudadanos tienen de las fronteras entre las competencias de cada  administración.   Aunque,  en ocasiones,  esa frontera no existe ni para ellas,  porque no es raro encontrarse a todas las administraciones reclamando competencias exclusivas, sobre un mismo ámbito. Parece que la máxima sea la de conseguir votos a cuenta de cualquier promesa, incluidas las que se sabe que no se cumplirán.
Por ello no es un mal ejercicio leer los programas. Al votante avisado no le será difícil encontrar esas propuestas  los  candidatos lenguaraces, en caso de ganar las elecciones,  no podrán cumplir. Y ellos lo saben.
 
 Casi todos los programas municipales de todos los partidos  incluyen esas trampas. Y eso pasa en Mislata.  Al menos en las cuatro últimas campañas, todas las candidaturas han prometido la construcción de una Residencia de 3ª edad. Es claramente una “necesidad” inducida: si se pregunta al electorado por la oportunidad de tal recurso, la totalidad estará de acuerdo con ello. Sin embargo si se le pregunta a cada uno en particular si lo desea para él dirá que no. Es más si se le pregunta a la gente mayor, el entusiasmo es perfectamente descriptible: casi todos prefieren seguir en su casa, con sus familias, en el entorno que siempre han conocido.
A pesar de ello, los partidos seguirán incluyendo tal propuesta en sus programas. Y lo incluirán a pesar, también,  de que es insostenible desde un punto de vista financiero para una ciudad pequeña o mediana si está orientado, como se  pretende siempre,  a “las personas de mayores de Mislata sin recursos”. Sólo sería posible a cuenta de que cada usuario aportara una cantidad equivalente a de cuatro o cinco veces la PNC. Uno se pregunta cuántas personas mayores “sin recursos” son capaces de abonar esa cantidad  Y si alguien pregunta por  la viabilidad de tal propuesta, dice el  manual del buen candidato que la respuesta será: la Residencia estará subvencionada por la “consellería”. ¡Hay gente que se lo cree! ¡Será por lo que ha crecido el gasto social con los gobiernos de de Zaplana y Camps!


A este clásico  se le suma, esta campaña,  otra promesa que pronto alcanzará la misma condición.  Todos los partidos prometerán un Hospital para Mislata. Esta es el resultado de la convergencia de varios factores. De una parte, la progresiva erosión  del Sistema Público de Salud  a favor de la gestión privada de los hospitales de referencia. De otra, la negativa experiencia  que acumula  la población adscrita al Hospital de Manises. Y finalmente el desconocimiento  acerca de las competencias que son propias del ayuntamiento y de las que le son ajenas.  Y podemos añadir uno más, la renuncia de los partidos políticos a liderar la opinión pública y adaptarse a la opinión mayoritaria que casi siempre es la opinión publicada. Por descabellada que sea.
 Alrededor de algo  insostenible  como eso  -¡y la forma de la cosa ha cambiado a lo largo del tiempo  aunque no lo quimérico del propósito!- se hacen manifestaciones y protestas siempre menguantes a medida que “el movimiento  vecinal” se ahoga en la impotencia.  Y suerte tendremos, si a costa de la impotencia, no se da otra vuelta de tuerca.
 
Y nada de lo dicho significa que no sean necesarias  plazas de residencia para los mayores o que la gente haya de conformase con una sanidad declinante en extensión y calidad. Es más que necesario mostrar rebeldía ante la hegemonía del mercado en el ámbito de los servicios públicos. Pero con estas formas, se consolida su éxito.
Estas trampas para captar votos funcionan pero se precisa de ciudadanos poco informados, de partidos que no tienen opinión y por tanto no pueden defenderla y, finalmente, electores predispuestos a la credulidad con la administración cercana.  Y, algunas veces,…familiar

2 may 2011

La decisión del Supremo sobre BILDU

Las decisiones políticas alrededor de la presencia de la izquierda abertzale en las elecciones municipales componen, a mi juicio, un conglomerado de errores consecutivos cuya causa primera es el temor a la voluntad popular democráticamente expresada.
Es también el resultado de un lamentable estado de cosas entre los dos partidos políticos mayoritarios. Al PP parece que, en esto y en casi todo,  la estrategia  se la impone esa extrema derecha  que la parasita  y que encabeza  Aznar  al frente del circo mediático consuetudinario.
El PSOE, por su parte,  hace mucho tiempo que perdió la iniciativa a fuerza de enmendarse a sí mismo y  poner en tela de juicio incluso sus indudables aciertos. Desde que la T4 saltó por los aires, su política de interior optó por una resolución exclusivamente policial de los temas relacionados con el mundo de ETA -¡ese mundo!, se dice ahora-.
Cierto tufo a extrema derecha
Lo anterior, y la contumacia en  sucumbir a la estrategia del PP y acudir al recurso de los tribunales terminarán por conducirnos a todo el país, por mera aplicación de la propiedad transitiva,  a convencernos de que estas políticas llevan el sello indeleble  de la extrema derecha.
Todo eso tiene, además, el inconveniente de que Tribunal Supremo  y al  Constitucional  dejan  en el aire un tufillo a instancias que acomodan sus decisiones al superior interés del corto plazo político. A este respecto sólo hace falta recordar que el presidente del gobierno tiene la clave para que el TS y el TC puedan admitir a Sortu y a Bildu al juego democrático.
La decisión del Tribunal Supremo
El último capítulo de esta historia  ha sucedido la pasada noche del 2 de mayo. La Sala del 61 del TS  acordó  por 9 votos frente a 6)  anular las nada menos que las  254 listas de BILDU. Anuló las listas de una coalición electoral integrada por dos partidos legales y personas próximas  también al mundo abertzale. La anulación se basa en considerar que las candidaturas son la continuación de Batasuna por otros medios. La decisión deja fuera de las elecciones a dos partidos legales y, para mayor, uno de ellos
Naturalmente BILDU, como antes lo ha hecho SORTU,  recurrirá al Constitucional, dando una prueba fehaciente de respetar las reglas. Pero el caso  de Bildu ha de saldarse en pocos días, ya que se trata de un procedimiento contencioso electoral.
Antecedentes
 El Constitucional  tiene un papelón, no sólo por las razones que dice Patxi López sino por algunas otras de índole doctrinal.  En 2009 hubo elecciones europeas. Iniciativa Internacionalista presentó una candidatura encabezada por Alfonso Sastre que fue denunciada (¡también!) como “una sucursal de Batasuna. El T.S.  Anuló  la candidatura, estimando las acusaciones de la Fiscalía General y la Abogacía del Estado, que había sido azuzadas por ABC y la COPE. Sin embargo, el  Constitucional en una decisión poco comprometida  estimó el amparo solicitado por la candidatura y anuló la decisión del Supremo por lo que ésta pudo concurrir a las elecciones al Parlamento Europeo obteniendo menos de 180.000 votos (1,15% de los votos)
Doctrina
El TC, incluye en los fundamentos jurídicos de la  sentencia que la  doctrina sobre la sucesión de un partido ilegalizado en candidaturas de un partido no ilegalizado establece  cuatro criterios:
a) En primer lugar, la similitud sustancial de las “estructuras, organización y funcionamiento”
b) La similitud sustancial de las “personas que los componen, rigen, representan o administran las candidaturas”
c) La similitud de la “procedencia de los medios de financiación o materiales”
d) Se tienen  en cuenta “cualesquiera otras circunstancias relevantes que, como su disposición a apoyar la violencia o el terrorismo permitan considerar dicha continuidad o sucesión”
Para no ser exhaustivo, sólo algunas preguntas
¿Qué piruetas habrá de hacer el TC para dejar fuera de la selecciones a BILDU? ¿Cómo  o considerar extravagante la decisión de dejar a Eusko Alkartasuna  fuera de las elecciones aplicando esos criterios? ¿Qué pirueta será necesaria hacer para no mandar al escardar cebollinos la seguridad jurídica? ¿Cómo seguir considerando que el TC es el garante de los derechos fundamentales? Esperemos su decisión. Cualquiera que sea será explicable. Pero  sólo una será lógica y “constitucional”.
Algunas  consecuencias políticas
Dejando de lado la decisión de los tribunales cabe interrogarse por las consecuencias políticas a corto plazo. La más inmediata es la continuidad del “contencioso vasco” , pero con razones más entendibles y un mayor número de agraviados.  Es evidente, que la no presencia de una marca abertzale independentista dejará tranquilo al a la extrema derecha y al PP; y en ese sentido sacará  temporalmente al PSOE y al Gobierno de uno de  los charcos en los que se metió de la forma más irreflexiva y primaria. Y, sobre todo, permitirá a Eusko Alkartasuna y a Alternativa pedir la anulación de las elecciones. Y además ya veremos la opinión que le merece a la Unión Europea y al Tribunal de Derechos Humanos  estas "prácticas". Convendría reunir todos los argumentos y asegurarse de que forman un edificio se sólidos cimientos.
 Las consecuencias a medio y largo plazo no son difíciles de imaginar. Consideremos el mejor de los casos. Antes o después el  abertzalismo independentista será legal.  Antes o después se presentarán a unas elecciones. Y mucho antes que después saldrán reforzados de este proceso kafkiano. Porque desde ahora sus electores actuales se incrementarán con todos los que hoy les consideran víctimas de una conspiración. Y alcanzarán tal cantidad de apoyos electorales que veremos cómo salimos del trance.
Como esta entrada perderá actualidad inmediatamente, no quiero considerar otros casos. Con el mejor de ellos ya tenemos suficiente.