28 feb 2012

Dulbecco, in memoriam

Hace unos días ha muerto Renato Dulbecco. Ha muerto uno de los más importantes investigadores de este tiempo. Y, para este país, ha muerto casi en la clandestinidad. Sólo he encontrado esta honrosa excepción. No acabo de acostumbrarme al papanatismo nacional capaz de ignorar olímpicamente que a partir de ahora no volveremos a contar con un científico brillante y con un hombre comprometido con su tiempo y con la causa de la libertad frente al fascismo. ¡Y con la música que era capaz de arrancar de un piano!
Estudió medicina en Turín, compartiendo formación, charlas y aficiones con otras dos cumbres de la ciencia italiana: Salvatore Luria y Rita Levi Montalcini.
 En 1975 recibió el premio Nobel por sus trabajos sobre los virus y el cáncer. Dicho así parece poco, pero su trabajo es absolutamente trascendental para esclarecer el papel que juegan ciertos genes para desencadenar procesos cancerígenos. Proporcionó la primera evidencia de que el cáncer puede ser causado por mutaciones genéticas. Con ello cambió la manera de pensar acerca de los efectos de los carcinógenos. 
Compartió el Premio Nobel con dos de sus antiguos alumnos, Howard Temin y David Baltimore que, de forma independiente, habían documentado, en los llamados retrovirus, la existencia de un enzima capaz de sintetizar ADN “copiando” ARN: ¡la transcriptasa inversa! 
Con esto dejaron hechos unos zorros el llamado dogma central de la biología molecular y dieron un impulso de dimensiones todavía insospechadas a la ingeniería genética.
En 1986, recomendó catalogar todos los genes humanos para obtener información sobre el cáncer, proporcionando el impulso intelectual para el Proyecto Genoma Humano, que se completó en 2003. ¡Cuántos pensaron que sería sería costoso e inútil! Pero ha demostrado ser de un valor un valor incalculable.
Estudió y concluyó que las células madre del cáncer de mama que se tuercen podría ser responsable de ciertos tipos de tumores de mama. En el año 2000, anunció su descubrimiento del gen responsable de la osteopetrosis maligna, una enfermedad mortal hereditaria que afecta a los recién nacidos. 
Ha muerto Dulbecco. 
Vivió casi cien años. Y no vivió en balde, aunque su muerte haya pasado inadvertida a casi todos. ¡¡¡Salud maestro!!!

12 feb 2012

12é Congrés ¿Desmontando el PSPV?


Es fácil hablar mal y acertar cuando se escribe del PSPV y de sus dirigentes. Es tan fácil que aburre a quien escribe y, sobre todo, a quien lee. Es tan fácil que me había hecho el firme propósito de no volver a tocar el tema por pura conmiseración. Sin embargo uno nunca acaba de asombrarse de lo cómodo  que es  sucumbir a las pequeñas tentaciones. Incluso a las menos estimulantes como estas declaraciones del líder putativo de la federación valenciana del PSOE.
Los congresillos provinciales, y el consiguiente 38 Congreso de los socialistas españoles   han sumido al PSPV en un marasmo mayor que el habitual. Por enésima vez se han encendido las luces rojas sin aparente  preocupación de sus dirigentes, tan  acostumbrados ellos  a estar a lo suyo y  nada más que a lo suyo. No hacerse cargo de los fracasos,  ignorar la deprimente y palmaria realidad electoral, mirar para otro lado  es costumbre añeja en Blanquerías.
También me había hecho el firme propósito de no hablar más de Jorge Alarte. Sólo merece  pena constatar  que  con la inestimable ayuda de sus aliados (que han sido todos) y la de sus adversarios  (que han sido también todos y,  a veces, al mismo tiempo) no  han conseguido mejorar los resultados electorales. Pero han  conseguido algo quizá más difícil: han hundido su credibilidad como alternativa y han  conducido al PSPV con mano experta  desde la derrota a la irrelevancia. Y lo que es peor,  sin muchas esperanzas de retorno. De retorno a la dulce derrota porque…  de ganar ni hablamos.
Y ahora llega el tiempo del Congreso 12 a celebrar en  Alicante. Otra vez  unos y otros están ante la oportunidad de dar  la nota. Su actuación  en la cita de Sevilla rayó el esperpento. Unos por jugar a ganador con el caballo equivocado y otros por mostrar clamorosamente su crédito agotado.  Todos por hacer de la inanidad su marca registrada.
El Congreso de Alicante es importante pero no decisivo. No arreglará ninguno de los problemas del PSPV, sólo debe aspirar a no empeorar la situación. Todos sabemos y los conspicuos candidatos también que será muy difícil que de la cita salga el nuevo presidente de la Generalitat Valenciana. Tampoco es seguro que salga el candidato a la presidencia. Por tanto será bueno aplicarse con esmero a preparar el futuro para conseguir un PSPV competitivo, capaz de nuclear la alternativa de gobierno. Porque no  está en disposición de ser alternativa en solitario.
Para muchos el futuro es igual a refundación. Confieso que no alcanzo a saber qué se quiere decir con ello. Sea lo que sea, yo me conformo con mucho menos;  en realidad  con pocas cosas. Pero, algunas, ineludibles.
La más ineludible es que el  partido debe dotarse de una  nueva  dirección que tenga el firme propósito de desterrar definitivamente  la incompetencia política, la incapacidad organizativa y, por qué no decirlo,  esa pizca de frivolidad personal que tanto caracterizaron la dirección que nucleó Jorge Alarte.  Facilitaría mucho la operación que el propio Alarte renunciara no sólo a presentar su candidatura sino también a enredar en la conformación de la siguiente. Tal renuncia no ha de  ser resultado de la generosidad sino de la capacidad de Alarte y su sindicato  para mirarse al espejo, reconocerse cómo son  y lo que son  y  tratarse en consecuencia  después.
El PSPV   se ha mostrado desde hace mucho tiempo  refractario a las ideas políticas originales. Sus dirigentes casi siempre se conformaron con reproducir acríticamente  las imperantes en la marca mayor. Pero algo parece haber cambiado para siempre: ya no alcanza con ser franquicia,  hoy la ciudadanía le pide al PSPV que tenga un proyecto  de País Valencià. Un proyecto que suponga  alternativas culturales, económicas y políticas, encuadradas en un proyecto  socialdemócrata reconocible y homologable. Y sobre todo con la explícita renuncia al nacionalismo herrumbroso  y de brocha gorda. Y al otro, también.
Poner en pie un edifico de tales vigas no es una tarea para  Alicante. Ni creo que sea sólo una tarea de la organización. Es una tarea más amplia. Mucho más amplia,  en la que  deben atenderse  las miradas críticas que procedan del mundo  universitario y de la cultura, de las organizaciones ciudadanas y sindicales, de los profesionales y de los medios de comunicación.   El congreso  debe asegurarse ahora  que esa tarea será posible después. Porque es una  tarea  que hay que tomar con tiempo y sin urgencias electorales.  Pero, aunque haya desperdiciado mucho,   lo que le sobra al PSPV es tiempo.
El congreso de Alicante debería  tratar de vertebrar  su menguante militancia. Y para empezar sería de mucha ayuda   identificar y  negar  a quienes  pretendan conseguir que la organización se pierda en una eterna mirada introspectiva donde sólo los procedimientos tienen importancia.  Desenmascarar a quienes tratan de colar de matute que “primarias” es sinónimo de proyecto político. Y no lo es,  ni mucho menos.  En los casos que conozco  tengo para mí que las primarias son  una cortina de humo. Sólo una cortina de humo.
Si el PSPV quiere esquivar un destino incierto y volver a ser útil a la ciudadanía debería poner empeño en no equivocarse en la elección de su Secretario General. Todos los pretendientes  que han asomado presentan dificultades insuperables.
Sin embargo hay alguien a  quien no se puede poner tacha. Ha colmado ya sus ambiciones, tiene prestigio ganado a pulso, hace bandera del rigor y reniega de  la frivolidad. Es diputado autonómico y es de Alicante. Se llama Ángel Luna. Sólo hay que convencerle

2 feb 2012

Casablanca

Vamos a tomárnoslo bien