La valoración de los programas electorales debería ser un
paso previo a la decisión del voto responsable. Casi nunca es así. Uno tiene la
impresión de que se vota por prejuicios, por lealtades, por sumisión, por
clientelismo… o por todo a la vez. Incluso es posible que uno mismo sea reo de
esos prejuicios. A qué engañarnos, los
programas electorales mueven pocos votos.
Eso no es óbice para que se critiquen (se haga un juicio
crítico) las medidas que las distintas candidaturas proponen. La crítica ha de
ser predicada con ecuanimidad y rigor.
He revisado algunas propuestas aisladas. Sólo puedo opinar
de las descabelladas. Y, claro es, me parecen ridículas, grotescas, risibles…
Lo dicho, descabelladas. Poco más hay que decir de ellas. Quizá sea divertido hacer una relación con breves comentarios. No prometo nada, pero es tentador.
A todos nos interesan mucho más las otras, las propuestas serias. Se conocen
pocas y, sobre ellas, no tengo una opinión acabada. Y no la tengo porque no puedo
tenerla. Me faltan datos.
Pongamos un ejemplo de lo que quiero decir. El PP
de Mislata promoverá el alquiler de viviendas para jóvenes. Sin duda es una
iniciativa loable y digna de destacarse en los titulares de prensa. Y debería
destacarse siempre que se den, al mismo tiempo, varias circunstancias: que la
vivienda sea causa principal para la
emancipación de los jóvenes, que los alquileres en Mislata sean altísimos, que
haya una baja oferta de viviendas en alquiler para jóvenes y que no haya otras
administraciones que se encarguen de la competencia. ¿Se dan esas
circunstancias? Los Afortunadamente, no.
Además el PP de Mislata sólo pretende “intermediar” en el mercado del alquiler “para
conseguir buenos precios”. Y así
expresada la propuesta es muy intrascendente e, incluso, innecesaria. La
intermediación está garantizada por las agencias inmobiliarias y los precios
razonables por excesiva oferta que se traduce en una competencia feroz.
Me parece que se
trata de resolver un problema inexistente. Pero me lo parece a mí. Me parece,
sin embargo, que el mayor problema de los jóvenes de Mislata, como los de toda
España, y del que derivan casi todos los demás es el desempleo y la
precarización laboral. Una rebelión democrática contra la reforma laboral
última por parte del PP mislatero sería mucho más provechosa que los torpes intentos por el efímero protagonismo
mediático. Pero, ¡oiga!, que me lo parece a mí. Es
posible que el PP de Mislata enmarque su propuesta en una ignota visión de
totalidad que haga plausible su propuesta. Si es así me gustaría
conocerla.
El ejemplo sirve para ilustrar una conclusión. Es muy
conveniente exigir a las candidaturas un “estado de la ciudad”. Una visión de
totalidad y del punto de partida. Esa
visión de totalidad debería contener
- Un análisis de la situación,
- Un listado de los principales y básicos problemas que afligen a la gente
- Las medidas con las que se pretende abordarlos
- La estrategia a seguir para conseguir los recursos necesarios.
Rara vez se
cuenta con esta “visión panorámica”. Las más de las veces, los programas
electorales locales se reducen a un
deslavazado listado de medidas inconexas,
incoherentes, soluciones a problemas inducidos o inexistentes, propuestas para las que no se tiene competencias,
mientras se ignoran (¡y ya se sabe lo atrevida que es la ignorancia!) los
reales problemas de la ciudad y de la gente que no se limitan a los problemas
de su ayuntamiento.
Espero los
programas completos y completados con ese marco general. No habrá mucho tiempo
para debatirlos. Pero espero que los
debatamos.
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