En 2010 las empresas del Ibex 35 han ganado 51 mil millones de euros. No está nada mal para un año de crisis. Quizá por eso sus directivos han decidido que se tenían bien ganado el incremento cercano al 20% de sus retribuciones (para Telefónica y Santander los datos son estimaciones prudentes).
Y a usted eso le parece una buena noticia y piensa: cobran un pastizal pero se lo han ganado. ¡Pues claro que sí… que la fiesta no decaiga!
Y, además, la alegría es doble porque, discurriendo juiciosamente,… si las 35 empresas han tenido unos resultados tan espectaculares para estos dudosos tiempos, habrán ingresado una buena cantidad de dinero en las arcas del Estado por el pago del Impuesto de Sociedades.
Pues han ingresado un dinero, pero nada espectacular comparado con lo que ingresaban en los buenos años. De hecho el ingreso se ha desplomado un 50%. Y usted pensará ¡bueno, aun así, no está mal; son tiempos difíciles para todos! Si, después se entera que sus beneficios sólo han caído un 14%, usted empieza a mosquearse o, al menos, a pensar que aquí hay algo raro. La cosa empieza a no tener gracia.
¿Cómo es posible? Prácticamente todas ellas tienen presencia en paraísos fiscales a través de sociedades interpuestas, lo que permite deducciones fiscales considerables. Y, aunque las 35 hermanas están sometidas a un tipo nominal del 30%, el tipo real no pasa del 10. Y usted empieza a mosquearse seriamente.
Pero, ¡cotizarán en los países donde operan! Se supone que sí pero… ¡no lo sabemos porque, no detallan sus ingresos y pagos de impuestos por países! Y además el negocio puede estar localizado en un aquí y cotizar en el allá. ¿Dónde es allá? Donde menos se grave el negocio. Aprovecho para decir que Irlanda, la católica Irlanda, la Irlanda de San Patricio ha estado gravando los beneficios empresariales a tipos bajísimos y, con ello, “deslocalizaba” empresas europeas a todo trapo. Se merecen lo que les pase.
Que cada estado de la Unión Europea pueda hacer lo que le venga en gana y, de paso, amargar la vida a los demás, puede estar tocando a su fin.
Mientras las 35 del IBEX vivían, a su juicio, estos “difíciles momentos” , el resto del país, frente al que tienen una responsabilidad social pero que nadie exige, se enfrentaban a un incremento del paro que ha pasado el 20%, quien no ha perdido el trabajo ha visto rebajado su poder adquisitivo, los empleados públicos perdieron un 5% de su salario, despedir no sólo es barato sino que está a precio de saldo gracias a una reforma laboral hecha casi a medida, se han congelado las pensiones, los créditos se han puesto por las nubes para los autónomos y las pymes… ¡Para qué seguir!
¡Verdad que no tiene gracia! Vamos… ni puta gracia
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