El gobierno nos ha endosado
lo que el mismo gobierno llama reforma fiscal. Es una simple rebaja selectiva de impuestos.
Después de haberlos subido todos, y cuando se acerca a varios procesos
electorales, Rajoy trata de mejorar las expectativas electorales de su partido.
La hacienda pública no está para bromas. Bajar por valor de
10.000 millones cuando se han incrementado 30.000 en las espaldas de los asalariados, suena broma. Hacer que tributen las indemnizaciones
por despido como si fueran rentas del trabajo es otra broma; y pesada.
No se precisa que se bajen impuestos. Lo que el país
necesita, sin duda, es una reforma fiscal profunda, duradera y eficiente. Una
reforma que haga más real el principio constitucional de justicia y
progresividad en la tributación.
Actualmente, el 90% de la recaudación procede de las rentas del trabajo de las
capas medias y bajas por la vía del IRPF, IVA e impuestos especiales. Sólo el 10% lo aportan los contribuyentes más
ricos a través de las rentas del capital y las sociedades.
Es imprescindible equilibrar la situación. Y sólo se puede
hacer, cabalmente, si se logra que
- · paguen quienes no pagan y deben pagar
- · paguen más, o mucho más, los que más tienen
- · combatir el fraude fiscal que se estima unos 19 punto de PIB.
La reforma exige medidas concretas, de eficacia probada y de
implantación fácil e inmediata. Por otra parte se precisa una simplificación
del sistema fiscal que limite la elusion fiscal que, por razones obvias, se
localiza en las rentas altas y en el impuesto de sociedades..
Medidas concretas, sí. Pero... qué medidas. He aquí algunas.
1.- Unificar en un
único impuesto las rentas del trabajo y del patrimonio.
Cada año se pagará este impuesto por la
rentabilidad de toda la riqueza patrimonial de un contribuyente. Tanto si es
mobiliario (depósitos, acciones,..) como inmobiliaria (casas, solares,
terrenos...) Y con independencia de
dónde esté invertida (sociedades instrumentales, fondos, SICAvs, planes de
pensiones y de previsión social...)
2.- Igualar los tipos
impositivos de las rentas del trabajo y el capital.
3.- Eliminar o
revisar deducciones fiscales regresivas del IRPF.
Un ejemplo son las reducciones
fiscales por inversión en planes de
pensiones. Los contribuyentes con rentas
altas o muy altas tienen reducciones del orden de 9000 euros, mientras que
la media es de unos 1300 euros.
4.- Gravar con IVA
las actividades de la sanidad privada y de la educación no concertada.
5.- Eliminar deducciones
del impuesto de sociedades
Reducir y simplificar una
normativa que tiene tanta letra pequeña que es el paraiso de los gabinetes
jurídicos especializados en la elusión fiscal.
6.- Mayor
contribución del sector financiero
Se necesitan, al menos, dos nuevos impuestos.
- · Uno que grave el pasivo de las entidades (neto de capital y depósitos) y
- · Otro (y muy importante) que grave los bonus y las retribuciones variables.
7.- Otras medidas
a) Imponer en todas las
comunidades autónomas un mínimo para el impuesto de s sucesiones y donaciones
b) Resituar en el tipos de IVA
reducidos las actividades culturales, y los productos alimentarios y sanitarios de primera
necesidad.
c) Eliminar el régimen de
estimación objetiva singular para las actividades económicas.
d) Estimular fiscalmente un
limitado ahorro a largo plazo que tenga
carácter finalista (autoempleo,
estudios, desempleo...)
8.- Medidas
represivas
a) Retirada de licencia bancaria
a entidades que colaboren al fraude fiscal o se nieguen a colaborar con la
hacienda pública.
b) Reforzar de manera muy importante
los recuros humanos y materiales de lucha contra el fraude, situando en las
grandes empresas la inspección fiscal permanente.
c) Control de las SICAV por la
Agencia Tributaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario